sábado, 5 de diciembre de 2020

Viaje a Colombia X, Andes Orientales de Boyacá

Tras el paso por el Caribe nuestro viaje a Colombia llegaba a su fin. Aún nos quedaban unos últimos días que pensábamos pasar en Bogotá, pero tras un cambio de última hora decidimos visitar los Andes Orientales en el departamento de Boyacá. Nuestro primer destino fue el pequeño pueblo de Monguí, a casi 3000 metros de altitud, conocido por su industria de balones artesanales. Desde aquí visitamos el Lago de Tota, que a pesar de mis esperanzas no resultó especialmente fructífero en cuanto a pájaros. Al día siguiente, ante la imposibilidad de visitar el cercano páramo de Ocetá, mi padre y yo hicimos una pequeña salida mañanera hacia una ermita cercana al pueblo de la que nos habló la dueña de nuestro alojamiento. Resultó ser todo un acierto, y conseguimos ver varias especies típicas de la zona que aún no habíamos visto.

Tyrian Metaltail (Metallura tyrianthina)


Tyrian Metaltail (Metallura tyrianthina)


El primer pájaro en aparecer nada más empezar a caminar fue una confiada hembra de Tyrian Metaltail nada más salir del pueblo, colibrí bastante común en zonas altas pero que no había podido ver en el Nevado del Ruiz.

Mountain Elaenia (Elaenia frantzii)


Band-tailed Seedeater (Catamenia analis)


Yellow-backed Oriole (Icterus chrysater)


Eastern Meadowlark (Sturnella magna)


Conforme avanzábamos los jardines fueron dejando lugar a los pastos y aparecían aves nuevas como el Mountain Elaenia, común en todo el paseo, el raro Band-tailed Seedeater, algún que otro viejo conocido como el Yellow-backed Oriole o el ruidoso Eastern Meadowlark

Black-backed Grossbeak (Pheucticus aureoventris)


Andean Siskin (Spinus spinescens)


Tras esto nos internamos en una especie de bosque de coníferas donde pudimos localizar dos especies de fringílidos, el Andean Siskin y el Black-backed Grossbeak. Habíamos superado ya los 3200 metros de altitud y nos internamos en la zona de matorral y bosque bajo previa al páramo, donde comenzaron a aparecer aves más interesantes. Las estrellas de la mañana fueron un ejemplar del endémico Silvery-throated Spinetail y un par de Pale-bellied Tapaculos, ambos imposibles de fotografiar, pero el elenco de especies acompañantes se portó bastante bien.

Scarlet-bellied Mountain-tanager (Anisognathus igniventris)


Scarlet-bellied Mountain-tanager (Anisognathus igniventris)


Scarlet-bellied Mountain-tanager (Anisognathus igniventris)


Scarlet-bellied Mountain-tanager (Anisognathus igniventris)


Uno de los que más ganas tenía de ver era el colorido Scarlet-bellied Mountain-tanager, del que pudimos observar un ejemplar alimentándose de bayas a escasa distancia.

Red-crested Cotinga (Ampelion rubrocristatus)


Rufous-browed Conebill (Conirostrum rufum)


Rufous-browed Conebill (Conirostrum rufum)


Ya prácticamente en la ermita pudimos ver más especies de alta montaña como el Red-crested Cotinga y un ejemplar del casi endémico Rufous-browed Conebill, solo presente en Colombia y Venezuela. Se acercaba la hora de desayunar, pero tuvimos tiempo de sumar alguna especie más en la bajada.

White-throated Tyrannulet (Mecocerculus leucophrys)


Mountain Wren (Troglodytes solstitialis)


Great Sapphirewing (Pterophanes cyanopterus)


Lesser Violetear (Colibri cyanouts)


No tan agradecidos a la hora de fotografiarlos como los anteriores, las últimas especies que vimos fueron el White-throated Tyrannulet, un fugaz Mountain Wren y los dos últimos colibrís del viaje, el Great Sapphirewing y el Lesser Violetear, consiguiendo observar de esta manera 40 especies de esta familia a lo largo del viaje.

Pied-billed Grebe (Podylimbus podiceps)


American Kestrel (Falco sparverius)


Si bien la visita al Lago de Tota fue decepcionante desde el punto de vista ornitológico, no fue del todo infructuosa. Entre los centenares de American Coot que había en la lámina de agua localicé algunos Pied-billed Grebe, y desde la misma carretera pudimos observar un ejemplar de American Kestrel comer un roedor. Finalmente, el último lugar que visitamos antes de volver a Bogotá fue Villa de Leyva, lugar turístico bastante conocido por su arquitectura colonial. Fueron dos días de turisteo al uso, pero un pequeño paseo matutino por un cerro sobre el pueblo fue suficiente para conseguir ver nuestras últimas aves colombianas.

Tropical Mockingbird (Mimus gilvus)


Moustached Brushfinch (Atlapetes albofrenatus)


Entre los comunes Great Thrush y Rufous-necked Sparrow encontré en este cerro los dos últimos "bimbos" del viaje, el Tropical Mockingbird y el casi endémico Moustached Brushfinch. Tras esto, solo nos quedaba volver a Bogotá (con atasco de tráfico incluido). Hicimos noche en la ciudad, donde cenamos con un amigo, y a la mañana siguiente pusimos rumbo al aeropuerto donde comenzó nuestro trayecto de vuelta a Madrid (vía Miami y Zurich), finalizando así nuestra primera incursión en el continente sudamericano.



Un saludo

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